La moda que necesitamos
Fotografía: Republik
En el último tiempo se ha vuelto fundamental entender los diferentes aspectos cotidianos desde una perspectiva más sostenible, o al menos, desde una visión que genere menos externalidades negativas tanto en lo social como en lo medioambiental, e incluso en lo cultural. Alimentación, transporte y trabajo son algunas de estas áreas y la forma en que vestimos no queda ajena a este análisis.
Sobre lo sostenible
¿Pero qué es exactamente eso “sostenible” que buscamos? Esta palabra es potente y la vez poética, y me atrevería a decir que somos vari@s quienes queremos incorporarla en nuestro discurso. El problema está en que nos puede hacer caer en un discurso vacío porque muy en el fondo no estamos diciendo nada concreto. Solo nos referimos a ella porque es lo que hay que hacer o porque suena cool. Es por esto que el concepto más cercano que logra salir a la luz es el de responsabilidad, y sobre esto hay mucho que decir.
En el caso de la moda, es común leer y escuchar sobre la responsabilidad que se necesita generar dentro de esta industria desde la vereda de quienes producimos y manufacturamos. Del rol que tenemos en relación a los proveedores y colaboradores, el uso de materiales, la capacidad de reutilización, la disposición final, entre varios otros puntos. Y es totalmente cierto, tenemos una gran tarea por delante para transformar de raíz el concepto del vestir y que no quede solo en un discurso bonito.
Repensar aquello que conocemos
Pero pensando y pensando también es cierto que la moda responsable existe porque hay consumidores responsables. Personas convencidas que vestir no es una actividad sin importancia ni consecuencias, sino que todo lo contrario. Porque una vez que las preguntas ¿quién hizo mi ropa? y ¿de dónde proviene mi ropa? son parte de nuestros hábitos, vale también preguntarse ¿y ahora qué?
Tal como plantea Sofía Calvo, fundadora de Quinta Trends, es momento de repensar los verbos con los cuáles nos referimos a un cambio de conducta. Podemos reemplazar el “comprar” por otros verbos que no impliquen olvidar lo que ya tenemos. Una alternativa es customizar o ajustar aquello que no nos convence. También podemos intercambiar prendas con otras personas y te aseguro que encontrarás tesoros que cuenten nuevas historias.
Pero lo que nunca falla es volver la mirada hacia lo que ya tenemos y a partir de ahí contar nuestra historia. Vestir eso que ya tenemos acompañado de tres accesorios infalibles: orgullo, carisma y actitud.
¿Y ahora qué?
Porque reparar ese hoyito en tu chaleco, pegar la suela de esos zapatos tan cómodos que tienes y zurcir el desgaste de tus jeans favoritos son la muestra exacta del camino que has recorrido para llegar hasta donde estás hoy. Y esto es precisamente a lo que nos referimos con moda sostenible. ¿Esperaban leer que necesitamos ir a una convención climática en un país nórdico para lograr esa tan anhelada responsabilidad? Creo que dar el punta pie inicial puede ser más sencillo que eso pero requiere voluntad.
La invitación de hoy es a ocuparnos de la historia que queremos contar a través del vestuario que nos acompaña, y construir así el relato de la moda sostenible en nuestro querido Chile.